Después de volver a la vida y recibir el perdón de los dioses, los caballeros de Athena se habían separado, unos más pronto otros más tarde, para encontrar su propio camino y vivir en libertad.
Saga y Kanon no habían sido la excepción, pasaron unos meses juntos, pero después tomaron rumbos distintos. La separación no había sido en buenos términos, al menos eso era lo que se rumoreaba entre los amigos que seguían en contacto con ellos, pues había sido intempestiva.
Casi un año había pasado desde la última vez que estuvieron juntos, y ahora se reencontraban en el restaurante de un elegante hotel, en donde la boda de Afrodita y DeathMask se llevaría acabo al día siguiente.
Saga había sido de los primeros en llegar, en compañía de Shura, llevaban una relación no oficial, se podría decir que eran únicamente amigos con derechos.
Kanon por su parte había llegado ya empezada la cena en honor de lo novios. Iba sólo, Radamanthys, su actual pareja no consideró prudente acompañarlo, pues las asperezas y resentimiento producto de la última guerra santa, aún no habían sido limadas.
La tensión en el pequeño salón privado fue palpable una vez que las miradas de los gemelos se encontraron.
-Kanon, es un gusto que hayas podido venir – Afrodita se había levantado de inmediato, tratando de suavizar la situación, y había guiado al menor de los gemelos al otro lado de la mesa, ofreciéndole un lugar de forma que no quedara de frente mirando a su hermano.
Después de un rato el instante de tensión quedó atrás y todos hablaban animadamente, poniéndose al tanto unos a otros de lo que habían hecho últimamente. La cena había terminado y se encontraban dispersos en grupos por todo el saloncito.
Saga se disculpó un momento y se dirigió al baño. Al entrear se topó de frente con su gemelo quien terminaba de lavarse la manos. El mayor pensó en regresar al salón, pero su cuerpo pareció moverse por voluntad propia y caminó hasta el lavamanos.
Mirándose al espejo todo el tiempo, evitando los ojos de Kanon, se pasó una mano por la cabeza fingiendo arreglar su cabello que estaba perfectamente peinado.
-¿Vas a seguir evitándome?
-No se de que hablas… - el mayor volteó lentamente.
Por primera vez en la noche, después del incidente a su llegada, Saga y Kanon se miraron de frente.
- ¿No tienes nada que decirme? – el menor dio un paso acercándose a su hermano.
-¿Qué podría decirte?
-Hmm, en el Messenger hablas y hablas, “Galaxy Voyager”…
-No vuelvas a decir eso en voz alta…- dijo en un susurro de advertencia. Esta vez Saga fue quien se acercó a su hermano.
-¿Por qué? ¿No quieres que nadie se entere? – Kanon tomó distraídamente un mechón del cabello del gemelo mayor.
-No tienen porque saber… - Saga retiró la mano de su hermano con fastidio.
-¡¿Hasta cuando Saga?! Dime, ¡¿cuanto tiempo más tendremos que fingir ante los demás?!
- ¡Discúlpame si no quiero hacer de mi vida un espectáculo para los otros!
-¡Hipócrita! ¡Vas por la vida con tu pinta de digno, siempre aparentando ante los demás, fingiendo detestarme, cuando a solas en tu habitación te masturbas mirándome a través de tu webcam!
-¡Cállate Kanon! - Saga miró hacia los cubículos del sanitario y luego a la puerta de entrada.
- Es que no entiendes ya no puedo aparentar, ya no puedo estar lejos de ti – dijo tomando a su hermano por los hombros - No me basta ya con acariciarme, tocarme, mientras veo como te desnudas para mi, a través de un monitor…Te necesito cerca, para amarte, y dejar que me ames. ¡Quiero gritarle al mundo que nos amamos!
-Eso no es posible…jamás lo entenderían. Lo vería una aberración… - Saga se soltó del agarre del menor y camino unos pasos para alejarse dándole la espalda.
Kanon soltó un suspiro, pesado, molesto. No entendía porque a su hermano le importaba tanto lo sus amigos y compañeros pudieran pensar. Se acercó lentamente y por detrás abrazó a su hermano con fuerza, recargando su cabeza en el hombro de este.
Saga trató de romper el abrazo, pero su gemelo no lo dejaría ir y el contacto de sus cuerpos después de casi un año estaba haciendo mella en su férrea voluntad.
-Dime que no extrañas esto… - Kanon habló en un susurro justo al oído de Saga – Dime que no sueñas con repetir aquello, que te hizo salir corriendo esa noche, y no volver a mi lado…
-No me hagas esto Kanon…- el cuerpo del mayor comenzó a temblar incontrolablemente, cuando unos suaves labios empezaron a besar su cuello.
-No le tengas miedo a lo que sientes…no le tengas miedo al amor.
El gemelo menor ahora chupaba el lóbulo de la oreja y comenzó a acariciar el amplio pecho de su hermano. Desabotonó la camisa para poder tocar la cálida piel, que se erizaba al contacto de esas hábiles manos. Su mano derecha bajó hasta el pantalón y pudo palpar la incipiente erección; desabrochó y bajó la cremallera.
La respiración de Saga estaba agitada, tomó la mano derecha de Kanon, no para detenerla, sino para acariciarla con ternura y llevarla a sus labios. Besó el dorso y luego la palma, siguió con cada uno de sus largos y delgados dedos, al llegar al índice y medio los introdujo en su boca y comenzó a chuparlos en toda su longitud, dejando escapar un suave gemido.
Sin romper el contacto Kanon se colocó frente al mayor observándolo detenidamente, deleitándose con la visión de su hermano chupando sus dedos, con sus ojos cerrados, concentrado en las sensaciones que su cuerpo iba experimentando.
De improviso, el par de esmeraldas que Saga tiene por ojos se abrieron, retiró los dedos de Kanon y su manos volaron a la camisa para despojar al menor de esta y después desabotonó el pantalón bajarlo junto con su ropa interior. Tomándolo por los costados del rostro asaltó su boca reclamándola suya después de tantos meses de privación autoimpuesta. Su lengua se introdujo sin miramientos, explorando cada rincón encontrándose con su igual para iniciar una batalla de supremacía y conquista.
Kanon se estremecía y pequeños gemidos se ahogaban el la boca de su gemelo, pues no sólo su boca recibía la tan anhelada atención, también su sexo había sido aprisionado por la fuerte mano de Saga, masajeándolo, apretándolo y rozándolo de arriba abajo, acariciando con su pulgar la punta que comenzaba a brillar con el líquido preseminal del menor.
Saga terminó el beso y giró a su gemelo acercándolo a la barra de lavamanos haciendo que se inclinara hacia adelante, exponiendo sus bien formados glúteos. Con rapidez terminó el trabajo que Kanon había empezado y liberó por completo su miembro erecto, acariciándose en el proceso.
-Saga… -dijo Kanon en un susurro ahogado.
-Shhh, no digas nada…no… - Saga se inclinó un poco besando la espalda desnuda de su hermano, con sus manos separó los glúteos y con sus propios fluidos, lubricó la entrada y un poco el interior.
Con su mano guió su propio sexo hasta hacer contacto entre los glúteos de Kanon, este al sentir a su hermano se impulsó hacia atrás empalándose él mismo en el pene de Saga.
-¡Ahhhh! - los gemelos dejaron escapar un fuerte gemido al unísono.
Tomando por la cadera a su hermano, Saga fue imponiendo el ritmo, primero lento, pausando, para incrementando la velocidad de las embestidas. Kanon se masturbaba al mismo ritmo con que era penetrado. Gemidos, suspiros y gritos inundaron el baño, y a ninguno de los dos les importaba, perdidos en un placer abrumador amplificado por los meses de separación, de conformarse únicamente con lo que el cybersexo podía ofrecerles.
Todo pensamiento coherente desapareció cuando juntos alcanzaron el clímax. Saga apretó los dientes profiriendo un gutural gemido al correrse en el interior de su gemelo. Por su parte Kanon daba graves gritos entrecortados viniéndose en su mano con violentos espasmos.
-¡Por Athena!
Los ojos de los gemelos se abrieron como paltos y al mismo tiempo miraron a la puerta del baño.
Un asombrado Mu los veía con ojos desorbitados. En el instante que salió del shock, que semejante escena le había producido salió como alma que lleva el diablo, murmurando algo que sonó como una disculpa.
Agitado, Saga salió de su hermano rápidamente provocando que este soltará un leve quejido de dolor, tomó una toalla de papel para limpiarse, acomodó su ropa interior y sus pantalones para correr y tratar de darle alcance a Mu.
-Déjalo ir… - Kanon detuvo a su gemelo por el brazo, su respiración aún no regresaba a la normalidad.
-¡Pero…es Mu, en menos de una hora todos sabrán lo que aquí ocurrió…! – ambos sabían que tal vez el único defecto del lemuriano era no poder guardar un secreto, y ser poco prudente.
-Ya va siendo hora de que se enteren.
Saga miró a su hermano menor pero toda preocupación fue borrada de golpe al ver la hermosa y sincera sonrisa que iluminaba el rostro de Kanon; se acercó y con dulzura acarició las mejillas aún encendidas en carmín y depositó un tierno beso el los rosados labios. Sonrió y suspiró al mismo tiempo, dándole a entender al menor que se rendía y que se resignaba a que el amor entre ellos se supiera.
-Te amo, perdóname por ser tan estúpido y cobarde…
-También te amo… - Kanon lo abrazó fuerza, feliz, seguro de que su relación secreta, a distancia llegaría a su fin y volverían a vivir juntos, como debía ser.
Al día siguiente, en la boda de Piscis y Cancer, los gemelos inmediatamente supieron que Mu no había tardado en esparcir la noticia. Todos los caballeros los miraban de forma peculiar, más ninguno se atrevió a preguntar.
Era obvio que algo había cambiado entre Saga y Kanon; y por las miradas que se dirigían, y el hecho que durante toda la ceremonia permanecieron tomados de la mano, llegaron a la deducción de que Mu había dicho la verdad.
FIN
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